La violencia contra las mujeres y las niñas continúa siendo una de las violaciones de derechos humanos más persistentes y devastadoras en todo el mundo.
En lo que va de 2025, 38 mujeres han sido asesinadas en España por violencia de género. Desde 2003 lo han sido 1.333 mujeres, a manos de sus parejas o exparejas. A nivel global, una de cada tres mujeres ha sufrido violencia física o sexual, y muchas más viven bajo amenazas constantes que limitan su libertad.
A cinco años de la fecha límite para cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), no solo no se ha logrado erradicar esta violencia, sino que han surgido nuevas formas, especialmente en los entornos digitales. A las ya conocidas manifestaciones como la mutilación genital femenina, los matrimonios forzados, el acoso sexual o el feminicidio, se suman el ciberacoso, los discursos de odio, y la difamación digital, entre otras formas de violencia digital.
Este fenómeno ha sido reconocido por la Plataforma de Mecanismos de Expertos Independientes sobre la Discriminación y la Violencia contra la Mujer (EDVAW), que en su primer documento temático (2022), acuñó el concepto de «dimensión digital de la violencia contra las mujeres». Este término subraya que la violencia en entornos digitales no solo reproduce las formas tradicionales, sino que las amplifica y diversifica mediante el uso de tecnologías, algoritmos y redes sociales.
La violencia contra las mujeres no es inevitable. Requiere un compromiso firme de toda la sociedad: instituciones públicas, organizaciones, medios de comunicación, sector privado y ciudadanía. Es urgente reforzar las políticas públicas, garantizar recursos suficientes, proteger a las víctimas, educar en igualdad desde edades tempranas y asegurar la reparación a las víctimas de la esterilización forzosa, así como la creación de espacios seguros.
Ante el creciente protagonismo que están adquiriendo los entornos digitales, ONU Mujeres centra su campaña global de los 16 días de activismo en la violencia digital. Bajo el título, «ÚNETE para poner fin a la violencia digital contra las mujeres y las niñas», la campaña denuncia:
La débil regulación tecnológica.
La falta de reconocimiento legal de las agresiones digitales.
La impunidad de las plataformas.
Las nuevas y rápidas formas de abuso facilitadas por la inteligencia artificial.
El auge de movimientos contrarios a la igualdad de género.
El anonimato de los agresores.
El escaso apoyo a las víctimas digitales.
Las principales víctimas de esta violencia son mujeres y niñas, especialmente adolescentes y jóvenes, pero también otros grupos como mujeres con perfiles públicos, activistas y defensores de los derechos humanos, con discapacidad, víctimas de violencia, mujeres que viven en entornos rurales, etc.
Según el estudio elaborado por FADEMUR y publicado por el Ministerio de Igualdad, las mujeres rurales enfrentan elementos de vulnerabilidad específicos: entornos donde persisten modelos patriarcales y creencias sexistas, fuerte control social y familiar, dependencia económica y desconocimiento de los recursos de protección. Todo ello provoca que permanezcan más tiempo en relaciones violentas —una media de 20 años— y que tengan mayores dificultades para denunciar. Esta exclusión digital limita su autonomía económica y social, aumentando la vulnerabilidad frente a crisis y violencia.
En el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, desde la Plataforma del Tercer Sector, hacemos un llamamiento a todas las instituciones y a la sociedad en su conjunto, para hacer frente con contundencia a la lacra de la violencia de género.
Más información en https://www.plataformatercersector.es/
