Entre el 6 y 9 de junio de 2024 se celebrarán las elecciones europeas en las que los ciudadanos de los estados miembro elegirán a los diputados del Parlamento Europeo para los próximos 5 años.
En los últimos comicios, unas 400.000 personas en 14 países fueron privadas de su derecho al voto en la intimidad debido a su estatus de discapacidad, un aspecto enmarcado dentro del derecho de ciudadanía de la Unión Europea, por lo que es esencial asegurar una participación electoral efectiva, accesible, autónoma e inclusiva de todos los ciudadanos europeos.
La falta de accesibilidad es una de las principales barreras para que las personas con discapacidad ejerzan su derecho al voto. Esto afecta al diseño de las papeletas, a las cabinas de voto secreto y máquinas de votación, y a cualquier información proporcionada a los votantes a través de programas electorales, debates o mítines no accesibles.
Desde el Grupo Social ONCE reivindican que esta situación de desigualdad termine, ahora que la tecnología accesible permite acabar con estas barreras.
Con un simple código QR en las papeletas que lance más información y en distintos formatos, las personas con discapacidad podrían votar en completa autonomía, privacidad e igualdad que el resto de ciudadanos. El QR se trata, además, de un formato extendido, fácil y familiar para toda la sociedad.
Este código de recuadros permite incorporar una capa más de accesibilidad a la forma de ejercer el derecho al voto. En ningún caso sustituye al voto en braille, es otra alternativa y además permite el acceso al sufragio a las personas con discapacidad visual grave que desconocen este sistema de lectoescritura con puntos en relieve.
Su uso es sencillo ya que todos los dispositivos móviles en la actualidad cuentan con mecanismos preinstalados en sus cámaras que permiten la lectura de este tipo de códigos. Únicamente se debe tener en cuenta dos cuestiones: el código QR debe tener una señal táctil, tal y como indica la Comisión Braille Española; y el contenido al que redirija este código debe crearse siguiendo criterios de accesibilidad para que los usuarios puedan acceder a él, al margen de si utilizan un producto de apoyo o no.
Existen ya dos países que han comenzado a incorporar el uso del código QR en sus procesos electorales, como son la República Checa en 2021 y Andorra en 2023.
La actividad, conducida por Bárbara Palau, ha consistido en invitar a los eurodiputados a, con un antifaz en los ojos que les hace ponerse en la piel de una persona ciega, elegir entre varias papeletas de colores para simular una votación con varias propuestas políticas. En la parte inferior de estas papeletas había un código QR que les aportaba la información necesaria para saber de qué partido político simulado era cada papeleta. Los eurodiputados han podido comprobar así cómo, sin esa información añadida que aporta el código QR, estarían tan perdidos a la hora de votar en solitario, sin asistencia, como están las personas con ceguera en procesos electorales donde no se adapta de esta forma el voto.